Por Martin Moreira
Forma Parte de la Red de Economía Política Bolina
El año 2024 se presenta como un período particularmente desafiante para la gestión económica en Bolivia. En medio de un contexto de intensa politización y bloqueos que amenazan la estabilidad del país, las políticas económicas han enfrentado importantes desafíos. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, se han logrado avances significativos en la contención de la inflación y en la promoción del crecimiento económico, alcanzando un 2,58% en el primer trimestre, lo que representa un aumento de 0,98% respecto a las expectativas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En 2024, un año especialmente difícil para la gestión económica, las políticas económicas enfrentaron importantes desafíos y fueron puestas a prueba de forma intensa. A pesar de esto, se logró un éxito significativo al contrarrestar diversas amenazas provenientes de sectores que, movidos por intereses políticos, no dudaron en poner en riesgo el poder adquisitivo de los bolivianos, incluso si esto significaba perjudicar al país. Tras un primer trimestre complicado, con 16 días de bloqueos y una pérdida económica de $us 1.600 millones, Bolivia logró un crecimiento del 1.27%. Para el segundo trimestre de 2024, el crecimiento fue del 2.58%, posicionando a Bolivia como la tercera economía con mayor expansión en la región.
Este crecimiento se debe a diversas variables y a decisiones políticas coherentes, que incluyen la protección del mercado interno y el impulso a las exportaciones, junto con un diálogo productivo que comenzó en el primer trimestre y se aplicó con mayor fuerza en el segundo. Como resultado, se observa una recuperación en el crecimiento económico. Además, la disminución de bloqueos en el país entre los meses mayo a julio, contribuyó a una mejora en la actividad económica, lo que permitió a Bolivia registrar un crecimiento del 2.58% entre enero y junio de 2024 en comparación con el mismo período de 2023, ubicándola como la tercera economía de mayor expansión. Con estos indicadores y los balances positivos del tercer trimestre, se ha trazado una meta de crecimiento del 3.71%. Esperamos que la politización por intereses partidarios no afecte nuestro crecimiento nuevamente del país.
Esto demuestra que, a pesar de encontrarnos en un entorno externo e interno claramente adverso, con una inflación acumulada 5,54% que se registró en el país hasta septiembre un fenómeno recurrente en la región, la inflación en nuestro país responde a varios factores que requieren una reflexión profunda. En enero, se registró un índice inflacionario de 0,08%, que hasta julio alcanzó el 0,47%, logrando un acumulado de 2,98%. En agosto, el índice subió a 1,58%, elevando la inflación acumulada a 4,61%. El último dato de septiembre mostró una inflación de 0,88%, lo que refleja cómo el Estado, mediante políticas económicas adecuadas, ha logrado controlar la inflación, reduciéndola y alcanzando un acumulado de 5,54%.
¿Qué paso en agosto?
Comenzamos con una fuerte incertidumbre social causada por la excesiva politización. Luego, un paro de transporte ocasionó grandes pérdidas y detuvo procesos productivos en el país. A esto se sumaron el cambio climático y los fenómenos de El Niño y La Niña, que convergieron en esta gestión, afectando la producción de varios productos. Además, la especulación y el contrabando a la inversa generando escasez de algunos alimentos, insumos y bines que generó un alza en los precios.
El contexto internacional desfavorable también repercutió en la economía interna y en el costo de algunos productos importados. El punto más alto de la inflación se dio durante la primera semana de agosto, cuando subieron los precios de productos como el pollo, el tomate y el arroz. En el último mes, los productos que más aumentaron fueron las gaseosas, la pasta dental, la papa y la carne de pollo, aunque otros bienes también incrementaron sus precios en menor medida.
En respuesta, el Estado implementó políticas de contención inflacionaria, lo cual se reflejó en el indicador de septiembre, donde se observó una disminución de la inflación sin tendencias al alza. Para octubre, se esperaba que la inflación no superara el 0,3%; sin embargo, bajo las actuales circunstancias de bloqueos promovidos por el sector «evista», respaldado por la oposición en la Asamblea Plurinacional, este objetivo podría verse afectado. Aun así, el crecimiento económico y la contención inflacionaria evidencian que, a pesar de la politización excesiva de ciertos actores mediáticos y políticos, el modelo económico continúa ofreciendo respuestas sólidas.
Datos económicos del crecimiento del país.
Las actividades económicas que más contribuyeron al crecimiento de Bolivia en el segundo trimestre de 2024 fueron el sector de electricidad, gas, agua y otros servicios. En el caso de la electricidad, la variación alcanzó un 6,91%, impulsada principalmente por el aumento del 8,08% en la generación de energía eléctrica.
El sector de “otros servicios” mostró un crecimiento del 6,72%, vinculado al aumento de los servicios comunales, sociales y personales, además de los servicios de restaurantes y hoteles, que registraron incrementos del 7,45% y 5,78%, respectivamente. Por otro lado, los establecimientos financieros registraron una variación del 4,72%, destacando el crecimiento del 5,32% en los servicios financieros.
Sin embargo, no todas las actividades mostraron resultados positivos: el sector de petróleo crudo y gas natural registró una caída del 12,14% debido a la menor producción de gas durante este período.
Gracias a esta recuperación en sectores clave, Bolivia se posiciona en el tercer lugar de crecimiento económico en la región al segundo trimestre de 2024, solo superada por Paraguay (4,56%) y Brasil (2,90%).
En términos de Producto Interno Bruto (PIB) por tipo de gasto, el consumo final de los hogares y las Instituciones Privadas Sin Fines de Lucro (IPSFL) creció un 2,52%, mientras que el consumo de la administración pública mostró una menor variación, de 1,54%.
El contexto internacional adverso afectó también el comercio exterior, con disminuciones en las importaciones de bienes y servicios (-21,25%) y en la formación bruta de capital fijo (-8,12%). Las exportaciones, aunque cayeron un 3,85% en el acumulado al segundo trimestre, registraron una mejora respecto al primer trimestre, impulsadas por la recuperación del sector sojero, afectado inicialmente por la crisis climática global.