Abril 14, 2025

Los 15 años de la plurinacionalidad se festejarán con danzas y cultura

Mañana, en el Día del Estado Plurinacional, habrá también un acto formal en la Casa Grande del Pueblo.

La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, anunció que para la celebración de los 15 años del Estado Plurinacional de mañana, miércoles, se desarrollarán una serie de homenajes en la sede de gobierno de orden cultural y folklórico.

La titular de Comunicación dijo que se festejará con danza y cultura.

Explicó que en la Casa Grande del Pueblo, sede de la presidencia del Estado, se desarrollará un “acto formal” con la participación de representantes de varias organizaciones sociales del país y que posteriormente se presentará un “desfile cultural”.

“Para que todos los bolivianos podamos reconocernos en todo el territorio nacional con las mismas oportunidades y los mismos reconocimientos”, declaró a los periodistas.

En ese contexto, de acuerdo con la viceministra, el país debe seguir avanzando y que, a pesar de los desafíos que vienen por delante, el Estado Plurinacional no puede retroceder.

Pacto social

El Gobierno nacional resaltó que 2025 es un año especial para Bolivia porque cumple su Bicentenario e instó a recibir esta fecha en unidad y evitando medidas extremas, como los bloqueos que atentan contra el bolsillo de los bolivianos.

“El año 2025 se festeja el Bicentenario de Bolivia y es donde todos los bolivianos tenemos que estar unidos para recibir este Bicentenario, trabajar juntos, evitar medidas de presión extremas que vayan en contra de los bolsillos de las familias bolivianas”, exhortó el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, el domingo en contacto con el canal estatal.

Mencionó que los bloqueos, por ejemplo, son una medida extrema que, más allá de tratar de afectar al Gobierno nacional, tienen como principal efecto “lastimar” los bolsillos de las familias bolivianas, especialmente de las más vulnerables.

“Este año, más que ser electoral es especial, porque se festeja el Bicentenario de Bolivia. En ese sentido, es importante trabajar en unidad para mantener y fortalecer la estabilidad económica, para consolidar el proceso de industrialización”, instó.

Cusicanqui aseguró que de esa forma se debe celebrar el año 2025, pero proyectar la Bolivia del tercer centenario, que será una Bolivia industrializada, que genere empleo, que exporte con valor agregado y que se vuelva referente también a nivel internacional para recibir cada vez más turistas.

Llamó a la población boliviana a enmarcarse o encaminarse a ese “gran pacto” al que convocó el presidente Luis Arce el sábado durante la presentación de la agenda 200 Días hacia el Bicentenario, en la plaza Murillo.

La agenda fue elaborada con miras a la celebración del 6 de agosto de 2025, en Sucre.

Y su presentación se hizo a 200 días de esta fecha histórica en un acto central que se caracterizó por la historia de resistencia colonial y republicana, con música y bailes en la histórica plaza Murillo. // Fuente: AHORA EL PUEBLO

MÁS DE 50 DENUNCIAS POR INCREMENTO EN PENSIONES ESCOLARES PRIVADAS LLEGAN A DEFENSA DEL CONSUMIDOR

El Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor informó que recibió más de 50 denuncias entre jueves y viernes por incrementos en las pensiones escolares de colegios privados en Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y Tarija. Según Jorge Silva, las quejas fueron presentadas a través de la línea gratuita y WhatsApp, destacando casos de cobros adicionales bajo la figura de pagos voluntarios exigidos a los padres de familia.

Afiliados a la Asociación Nacional de Padres de Familia de Colegios Particulares denunciaron también que algunas unidades educativas están imponiendo compras de uniformes y listas de útiles en establecimientos específicos, incluyendo marcas predefinidas de materiales escolares como bolígrafos. Estas prácticas vulneran derechos y generan preocupación entre las familias afectadas.

Ante este escenario, Silva anunció controles conjuntos con el Viceministerio de Educación Regular a partir del lunes, recordando que la Resolución Ministerial 001/2025 prohíbe cualquier incremento en las pensiones de colegios privados y cualquier cobro adicional como matrícula, materiales o gastos administrativos.

Asimismo, reiteró que, de acuerdo con el artículo 70, el uso de uniformes en unidades educativas no es obligatorio. "Estas disposiciones deben cumplirse estrictamente por todas las unidades educativas fiscales, privadas y de convenio en el país", enfatizó Silva, resaltando la importancia de proteger el derecho a la educación y la economía familiar.

La industrialización como motor de cambio en el horizonte de 2025

Por Martin Moreira

Forma parte de la Red de Economía Política Boliviana

El 2025 se presenta como un punto de inflexión para Bolivia, donde los desafíos heredados del 2024 se entrelazan con las oportunidades de un modelo económico enfocado en la industrialización y la diversificación productiva. Este año será crucial para medir si las inversiones en sectores estratégicos, como el energético y el agroindustrial, logran compensar las fisuras de un sistema históricamente dependiente de los recursos naturales. Con proyectos como la siderúrgica del Mutún y las plantas de biodiésel en marcha, el país avanza hacia una economía más sostenible y competitiva, pero el éxito dependerá de una ejecución transparente, una política fiscal responsable y una visión inclusiva que priorice el bienestar ciudadano. En este marco, la promesa de un crecimiento del 3,51% del PIB y una inflación controlada no solo se perfila como un objetivo técnico, sino como una esperanza colectiva para una Bolivia más resiliente y preparada para enfrentar los desafíos globales.

Factores internos y externos que impactaron en 2024

La gestión 2024 dejó en evidencia una serie de problemas estructurales que Bolivia necesita afrontar con urgencia. La caída del 12,1% del PIB en el sector de hidrocarburos durante el segundo trimestre no solo es un dato frío, sino un claro síntoma de la fragilidad de un modelo económico dependiente de recursos naturales que, en tiempos de crisis, muestra sus grietas más profundas.

La inflación acumulada del 8,82% en noviembre, la más alta en 16 años, no puede ser tratada como una cifra aislada. Este fenómeno tiene responsables y factores determinantes que deben ser analizados sin tapujos. Los bloqueos prolongados, por ejemplo, no solo frenaron la actividad económica; también pusieron de manifiesto cómo los intereses políticos a corto plazo pueden destruir el tejido productivo de un país. Que estos bloqueos hayan generado pérdidas superiores a $us3.000 millones es inaceptable, pero más grave aún es que el 1,45% de la inflación en octubre se atribuya directamente a estas medidas. Esto no es solo una estadística; es un costo social que recae sobre los ciudadanos más vulnerables.

La crisis climática también ha jugado su rol en esta tormenta perfecta. Que Bolivia haya enfrentado cuatro años consecutivos de fenómenos como El Niño y La Niña, junto con una sequía histórica en 2024, solo subraya la necesidad de una política agrícola más resiliente. La campaña agrícola de este año fue una de las peores en décadas, pero no debería ser solo motivo de lamentación, sino de acción. No podemos seguir dependiendo de la esperanza de una mejora climática en 2025.

En el plano internacional, las dificultades no fueron menores. El aumento de las tarifas de transporte marítimo, que llegaron a un alza del 136%, y el encarecimiento de las tasas de interés internacionales, que se dispararon del 0,5% al 5%, representan retos que exigen diplomacia económica y negociaciones más agresivas por parte del gobierno. No podemos ignorar que el mundo post-pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania siguen afectando nuestra economía. Sin embargo, depender exclusivamente de factores externos para justificar nuestras crisis internas es una narrativa que debe cambiar.

Por otro lado, las señales de esperanza deben ser aprovechadas con pragmatismo. El ajuste a la baja en las tasas de interés globales podría aliviar el servicio de la deuda externa, pero esto no será suficiente si no se busca reactivar la economía interna con créditos estratégicos que hoy están bloqueados por la Asamblea Legislativa Plurinacional. Como bien señaló el ministro Montenegro, “¿Qué economía puede soportar semejantes golpes consecutivos?” Es una pregunta que debería resonar no solo en las paredes del Legislativo, sino en la conciencia colectiva del país.

En el comercio exterior, el comportamiento mixto de los superávits y déficits refleja la volatilidad de un sector que necesita más previsión y menos improvisación. Si bien los superávits registrados entre abril y septiembre son alentadores, no deben distraernos del saldo negativo de julio ni de las transferencias netas de deuda externa, que alcanzaron un preocupante $us-854 millones en octubre.

En conclusión, 2024 ha sido un año de lecciones difíciles para Bolivia. La gestión económica, asediada por la crisis política, generó un malestar económico que se tradujo en inflación. Con la decisión valiente y cambio estructural, el país sigue ofreciendo respuestas desde su Modelo Económico, especialmente a los sectores más desprotegidos. Ahora, más que nunca, es el momento de apostar por una economía más diversificada, resiliente y centrada en el bienestar de sus ciudadanos.

Perspectivas para 2025: crecimiento económico y sostenibilidad

En el horizonte de 2025, el gobierno boliviano ha delineado un ambicioso plan para reactivar y fortalecer la economía del país, basado en proyecciones que contemplan un crecimiento del PIB del 3,51% y una inflación del 7,5%. Aunque estas cifras son alentadoras, el contexto económico presenta un panorama desafiante, con un déficit fiscal proyectado del 9,2% del PIB. Para enfrentar esta realidad, el gobierno planea una inversión pública de $us4.024 millones, enfocada principalmente en la industrialización, la sustitución de importaciones y la exploración de nuevos recursos naturales.

Uno de los pilares centrales de esta estrategia es la industrialización del país. Proyectos como la Planta de Diésel Renovable (HVO), la industria de química básica, la farmacéutica y la planta de envases de vidrio, entre otros, buscan no solo diversificar la economía, sino también generar empleos y reducir la dependencia de las importaciones. La entrada en funcionamiento de la Planta Siderúrgica de El Mutún, con una capacidad de producción de 200.000 toneladas métricas de acero al año, es uno de los proyectos más destacados, con el potencial de sustituir importaciones por $us200 millones anuales.

El desarrollo del sector hidrocarburífero también ocupa un lugar prioritario. La exploración de nuevos campos, como Mayaya X1, refleja un intento por revertir la inercia de años anteriores. Además, la inauguración de plantas de biodiésel FAME 1 y FAME 2 promete un ahorro significativo en la importación de diésel, con beneficios adicionales como la reducción de la subvención a los combustibles y el mejor aprovechamiento de los recursos locales.

En el ámbito agroindustrial, la diversificación es clave. Desde plantas procesadoras de frutos amazónicos hasta instalaciones dedicadas a la transformación de cereales y carnes, el gobierno pretende fortalecer el sector primario y agregar valor a la producción nacional. Este esfuerzo no solo busca cubrir la demanda interna, sino también posicionar a Bolivia como un exportador competitivo en el mercado regional y global.

La apuesta por minerales tecnológicos, como el niobio, representa otro frente innovador. Este mineral, esencial para aplicaciones de alta tecnología, podría abrir nuevas oportunidades en el mercado global, diversificando las fuentes de ingreso del país y potenciando el desarrollo del sector minero.

Por otra parte, la incorporación de Bolivia al Mercosur emerge como una oportunidad clave para dinamizar la economía. Este bloque regional, con un PIB combinado de $us3,4 billones, podría facilitar el acceso a nuevos mercados y promover proyectos conjuntos en sectores estratégicos como la energía y el transporte. Además, se vislumbran beneficios directos para los ciudadanos, como la libre circulación y mejores condiciones en ámbitos como educación y salud.

No obstante, estos planes ambiciosos también plantean preguntas cruciales. ¿Será suficiente esta inversión para reducir el déficit fiscal y generar un crecimiento sostenible? La clave radicará en la capacidad del gobierno para ejecutar los proyectos con eficiencia y transparencia, asegurando que los recursos asignados realmente generen el impacto esperado.

El optimismo que rodea a estas perspectivas para 2025 debe equilibrarse con un análisis crítico y un compromiso colectivo. La participación del sector privado, la sociedad civil y los actores internacionales será fundamental para transformar estas proyecciones en una realidad que beneficie a todos los bolivianos. En definitiva, el futuro económico del país dependerá de la coherencia y determinación con que se implementen estas iniciativas, y de la capacidad de adaptarse a los desafíos globales y locales que puedan surgir en el camino.

La industrialización como solución estructural

La industrialización es el camino correcto para resolver los problemas económicos de Bolivia, a pesar de no ser el más fácil ni rápido. Este modelo económico busca generar empleo, actividad económica y reducir la dependencia de las importaciones. Además, se espera que la incorporación al Mercosur dinamice la economía, brindando acceso a mercados clave y facilitando proyectos conjuntos en sectores como la energía y el transporte.

Uno de los ejemplos más recientes de este avance es la inauguración de la Planta de Transformación de Subproductos de Soya en San Julián, Santa Cruz. Además, Bolivia ya cuenta con su primera planta de producción de biodiésel en Santa Cruz, y se prevé que una segunda planta en El Alto entre en funcionamiento en 2025. Estas iniciativas no solo reducirán la importación de carburantes, sino que también contribuirán a aliviar el déficit fiscal.

Otro proyecto destacado es el Complejo Siderúrgico del Mutún, ubicado en Puerto Suárez, que producirá barras de acero y permitirá un ahorro significativo de divisas al sustituir importaciones. A esto se suma la inauguración de plantas industriales en sectores clave, como bioinsumos, procesadoras de cereales y productos cárnicos, así como la explotación de minerales tecnológicos como el niobio.

BOLIVIA REGISTRA LOS PRECIOS MÁS BAJOS EN ALIMENTOS DE LA REGIÓN PESE A LA ESPECULACIÓN

A pesar del impacto de la especulación en los mercados, Bolivia mantiene una de las canastas básicas más accesibles de Sudamérica, con un costo promedio de $20,27, el más bajo en la región según un análisis comparativo actualizado al 27 de diciembre de 2024.

El precio promedio de la canasta en Paraguay, el segundo país con menor costo, asciende a $23,71, mientras que en Brasil alcanza $25,46. Países como Perú y Argentina presentan precios más altos, con $33,45 y $31,70 respectivamente. Chile encabeza la lista con una canasta básica valorada en $44,82, un 55% más cara que la de Bolivia.

Entre los productos evaluados, Bolivia destaca por tener los precios más bajos en artículos esenciales como el arroz ($1,16 por kilo), el aceite ($1,59 por 0,9 litros) y la leche ($0,63 por litro). Estos costos contrastan significativamente con países como Chile, donde el aceite cuesta $3,18 y la leche $1,59 por litro.

El Gobierno boliviano atribuye estos resultados a las políticas de control de precios y las estrategias de abastecimiento implementadas para garantizar la seguridad alimentaria. Además, destaca que los productos como el pollo ($1,93 por kilo) y el azúcar ($0,83 por kilo) también registran precios competitivos frente a los demás países de la región.

Este análisis reafirma el compromiso del Estado Plurinacional de Bolivia por mantener el acceso de la población a alimentos esenciales, protegiéndolos de las presiones inflacionarias que afectan a la región. los precios fueron convertidos en dólares para fines comparativos  

Rpos-Bolivia

TSE ENTREGA CREDENCIALES A 19 NUEVAS AUTORIDADES JUDICIALES Y EXIGE JUSTICIA IMPARCIAL SIN PRESIONES EXTERNAS

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) entregó este lunes las credenciales a 19 nuevas autoridades judiciales electas el 15 de diciembre, quienes asumirán cargos en los altos tribunales de justicia del país. En el acto, realizado en el auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB) en La Paz, el presidente del TSE, Óscar Hassenteufel, hizo un llamado a los nuevos magistrados a desempeñar sus funciones con equidad, respetando las leyes y evitando ceder ante presiones políticas o económicas.

"Este proceso electoral ha dado como resultado la elección de 10 hombres y 9 mujeres como magistrados titulares, además de 5 autoridades que se identifican con naciones o pueblos indígenas originarios. Hoy culmina un proceso que refleja la confianza popular depositada en quienes recibirán estas altas responsabilidades", destacó Hassenteufel.

El presidente del TSE también resaltó el elevado nivel de participación ciudadana en las elecciones judiciales del 15 de diciembre, que alcanzó un 65% de votos válidos, frente al 35% de votos nulos o en blanco, marcando una diferencia significativa respecto a los procesos electorales previos.

Las nuevas autoridades, que asumirán en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el Tribunal Agroambiental (TA), el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y el Consejo de la Magistratura (CM), también incluyen a sus suplentes. En su discurso, Hassenteufel les expresó sus felicitaciones y les pidió ejercer la justicia con imparcialidad, en estricto apego a la ley, sin ceder a ninguna forma de presión externa.

Datos clave

De las 19 autoridades electas, 9 son mujeres y 5 se han autoidentificado con pueblos o naciones indígenas de Bolivia.

Estas elecciones judiciales fueron parciales debido a un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional relacionado con recursos presentados por los postulantes que habían quedado fuera del proceso de preselección en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).

Nuevas autoridades

Entre las nuevas magistradas, destacan las electas para el Tribunal Constitucional Plurinacional: Amalia Laura Villca (Potosí) y Paola Verónica Prudencio Candia (Oruro). También fueron elegidas para el Tribunal Supremo de Justicia: Rosmery Ruiz Martínez (Tarija), Norma Velasco Mosquera (Potosí) y Fanny Coaquira Rodríguez (La Paz). En el Tribunal Agroambiental, las magistradas electas son Rocío Vásquez Noza, Roxana Chávez Rodas y María Soledad Peñafiel Bravo, además de la consejera electa Gabriela Paula Araoz López.

Las autoridades con autoidentificación indígena incluyen a Rocío Vásquez Noza (Mojeño Trinitaria), Víctor Hugo Claure Hinojoza (indígena originario campesino de la Comunidad Plano Bajo-Tiraque), Richard Cristhian Méndez Rosales (Quechua), Primo Martínez Fuentes (indígena originario campesino de la Nación Suyu Sura) y Amalia Laura Villca (originaria del Ayllu Chiro, Marka Sacaca Suyu Charca Qhara Qhara).